Foto: Bernard G. Silberstein
Tras la Revolución Mexicana, en la década de 1920 México experimentó un notable renacimiento cultural. El gobierno encargó a los artistas Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, entre otros, que pintaran murales en edificios públicos; abrazó el objetivo de crear un imaginario nacional para educar e inspirar a las masas y modelar una identidad mexicana distinta de las tradiciones europeas. Se inspiraron en el arte y la cultura mexicanos y decidieron que los artistas debían trabajar por el salario de los obreros. Los grabadores empezaron a desempeñar un papel importante en el arte y la política mexicanos, trabajando colectivamente y estableciendo una tradición de arte gráfico con motivaciones políticas que continúa hasta nuestros días.
Leopoldo Méndez fue quizá el más significativo de estos grabadores, desempeñando un papel activo en una serie de grupos artísticos y políticos en México. De origen obrero, Méndez mostró un talento artístico precoz e ingresó en la Academia de San Carlos a los quince años. Como miembro del vanguardista Movimiento Estridentista de 1921 a 1928, colaboró con grabados en publicaciones como Emiliano Zapata Exaltación, de German List Arzubide, la primera biografía del general revolucionario Emiliano Zapata, y Horizonte, una revista estridentista que también era publicación oficial del estado de Veracruz. A principios de los años treinta, Méndez ilustró El Sembrador y El Maestro Rural, revistas publicadas por la Secretaría de Educación Pública (SEP) y participó en las Misiones Culturales de la SEP. Impartió clases de arte en escuelas de la Ciudad de México y promovió el títere como forma de arte educativo. Además, a principios de la década de 1930, fue uno de los primeros artistas gráficos en incorporar influencias del grabador José Guadalupe Posada, y se le ha llamado “el heredero de Posada.”
Méndez fue uno de los miembros más activos de la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR), entre 1933 y 1937. En 1937, junto con otros artistas de la LEAR, entre ellos Pablo O'Higgins y Luis Arenal, fundó el Taller de Gráfica Popular (TGP) y trabajó colectivamente con el TGP hasta que abandonó el grupo a finales de los años cincuenta. Tanto en la LEAR como en el TGP, Méndez y sus colaboradores realizaron imágenes para combatir el nazismo y el fascismo en México, y cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial, dirigieron su atención a la guerra en Europa, trabajando con la comunidad de exiliados políticos europeos en México en proyectos antifascistas. En 1959 Méndez fundó el Fondo Editorial de la Plástica Mexicana, la primera editorial de libros de arte de México. Se mantuvo fiel a sus ideales durante toda su vida, trabajando con sus compañeros para promover causas de izquierdas y la justicia social, centrándose en acontecimientos políticos e históricos mexicanos e internacionales. También creó numerosos grabados centrados en la gente y las tradiciones de México, retratando aspectos positivos de la vida mexicana.
Deborah Caplow, 2023