Photo: Michael T. Ricker
Photo: Michael T. Ricker
Date: c. 1956
Medium: Linocut
Dimensions (cm.): 35.3 x 78.3
Alternate titles: Posada en su taller; Homenaje a Posada; José Guadalupe Posada
Published edition: Unknown
Contemporary publication: Information to be added
Principal references: Academia de Artes 1937
Selected additional references (illustrated): Barajas 2002, 70-71; Buchloh and Harewood 2022, 315; Caplow 2017, 228; Carrillo Azpeitia 1984, pls. 88, 89; Centro de Estudios Económicos 1981, 13; Heller 1999, 47; Ittmann 2006, 21; Maples Arce 1970, pl. 36; Ricker 2015, 458
Commentary: Méndez’s Homenaje a Posada (Homage to Posada), made around 1956, is as much a summation of Méndez’s artistic and political career as his 1945 self-portrait, Amenaza Sobre México. Though ostensibly a realistic portrayal of the artist at work, the print is actually an imaginative reconstruction of Posada’s working environment before the Mexican Revolution.
Posada sits at his table, holding an engraving tool like a dagger. He looks thoughtfully out his window at a scene of mounted policemen attacking white-clothed peasants. Inside, the revolutionary theorists Ricardo Flores Magón and Lázaro Gutiérrez de Lara stand to one side of Posada. They were among the first to resist the Díaz regime, from as early the turn of the twentieth century. The workshop’s type-setter looks on from the background, and the calendar on the wall gives the date, 1902, the year of Méndez’ birth, and also the year Flores Magón briefly worked as the editor of the satirical newspaper, El Hijo del Ahuizote, a paper which Posada illustrated with his caricatures. Thus the room is most likely the workshop of the newspaper. Flores Magón holds a document which declaims, “There will be no draft, the pretext with which the present-day caciques [political bosses] drag from their homes those whom they hate.” The incident outside the window, can thus be seen as a scene of forced conscription of workers and campesinos. The Díaz regime drafted the poor into the army and the rurales (the rural militias) as a method of social control.
Like Russia, which almost had a revolution in 1905, Mexico had a long period of social unrest before the actual Revolution erupted in 1910. Though there is no evidence that this exact moment ever occurred, Méndez, in this image, situated Posada directly into the heart of the revolutionary tradition of Mexico, as a precursor of the Revolution, along with Flores Magón and Gutiérrez de Lara, two of the most important revolutionary thinkers of the time. Méndez furthermore portrayed Posada as reacting to immediate events just as Méndez and the members of the TGP did, depicting Posada’s instantaneous response in the most literal fashion, as Posada is shown engraving on the plate what he saw outside the window as it was happening.
American artist Lucienne Bloch, who worked on the Rockefeller Center Murals with Diego Rivera in 1933, reported a similar scene, which she recorded in her diary at the time: Diego was now working on the extreme left side of the main wall, painting a group of young people listening to a professor…The students would gaze through a huge lens, and toward the center they would, according to the sketch, see a scene of unemployment. But on the day Diego was to begin the scene, a violent demonstration took place on Wall Street in desperate response to the conditions of the Depression; Ben Shahn brought in newspaper photos showing the commotion, and Diego painted the scene directly from those clippings, with the police on their horses holding clubs, ready to strike. Here Bloch describes Rivera’s interest in portraying topical political subject matter, in this case an event quite similar to the one outside Posada’s workshop in the print. In the cases of Posada and Rivera, the artists were illustrating history as it happened, focusing on the violent repression of political demonstrations.
Méndez’s portrayal of this theme in Homage to Posada signifies that he considered the engaged, instantaneous response to injustice and oppression to be one of the most important aspects of Posada’s work and, by extension, his own. However, Méndez’s Homage to Posada, like his self-portrait of 1945, Amenaza Sobre México and his 1953 Verdi, also examines the existential role of the politically concerned artist. Posada, although here portrayed as a revolutionary artist, is also experiencing a moment of contemplation, working on a print of the violence outside. He has stopped working to observe and absorb. And the street scene outside was literally a creation of Posada’s imagination, as Méndez quoted it directly from one of Posada’s own prints of a political demonstration, Continuación de las manifestaciones anti-reeleccionistas (Continuation of the Anti-Reelection Demonstrations) of 1892. Posada also treated the theme of the press gang in his 1903 print, Casa de enganches (Recruitment Office), which depicts the forced conscription of men and women to work on plantations during the Díaz regime.
In addition to the direct quote of the subject matter of the Posada print, Méndez’s print, a brilliant piece of printmaking as such, is practically a catalogue of the graphic lines used by both Posada and Méndez, an homage to Posada both in form and content. It is fitting that Méndez produced this masterpiece after a lifetime of dedication to graphic art, and it is proof and acknowledgment of his debt to Posada. (Deborah Caplow)
Comentario: Homenaje a Posada, de Méndez, realizada alrededor de 1956, es un resumen de la carrera artística y política de Méndez, al igual que su autorretrato de 1945, Amenaza sobre México. Aunque parece ser una representación realista del artista trabajando, la litografía es en realidad una reconstrucción imaginativa del entorno de trabajo de Posada antes de la Revolución Mexicana.
Posada está sentado a su mesa, sosteniendo una herramienta de grabado como si fuera una daga. Mira pensativo por la ventana una escena en la que policías montados atacan a campesinos vestidos de blanco. Dentro del taller, los teóricos revolucionarios Ricardo Flores Magón y Lázaro Gutiérrez de Lara están de pie a un lado de Posada. Fueron de los primeros en resistirse al régimen de Díaz, desde principios del siglo XX. El tipógrafo del taller observa desde el fondo, y el calendario de la pared indica la fecha, 1902, año del nacimiento de Méndez y también el año en que Flores Magón trabajó brevemente como editor del periódico satírico El Hijo del Ahuizote, un periódico que Posada ilustró con sus caricaturas. Por lo tanto, es muy probable que la sala sea el taller del periódico. Flores Magón sostiene un documento en el que se proclama: “No habrá leva, ese pretexto conque los actuales caciques arrancan de su hogar a los hombres a quienes odian”. El incidente que se ve fuera de la ventana puede interpretarse, por tanto, como una escena de reclutamiento forzoso de trabajadores y campesinos. El régimen de Díaz reclutaba a los pobres en el ejército y en las milicias rurales como método de control social.
Al igual que Rusia, que estuvo a punto de sufrir una revolución en 1905, México vivió un largo periodo de agitación social antes de que estallara la Revolución en 1910. Aunque no hay pruebas de que este momento concreto haya ocurrido, Méndez, en esta imagen, situó a Posada directamente en el corazón de la tradición revolucionaria de México, como precursor de la Revolución, junto con Flores Magón y Gutiérrez de Lara, dos de los pensadores revolucionarios más importantes de la época. Méndez retrató además a Posada reaccionando a los acontecimientos inmediatos, tal y como hicieron Méndez y los miembros del TGP, representando la respuesta instantánea de Posada de la manera más literal, ya que se muestra a Posada grabando en la plancha lo que veía fuera de la ventana mientras sucedía.
La artista estadounidense Lucienne Bloch, que trabajó en los murales del Rockefeller Center con Diego Rivera en 1933, relató una escena similar, que registró en su diario de la época: Diego trabajaba ahora en el extremo izquierdo de la pared principal, pintando a un grupo de jóvenes que escuchaban a un profesor... Los estudiantes miraban a través de una enorme lente y, según el boceto, veían hacia el centro una escena de desempleo. Pero el día en que Diego iba a comenzar la escena, se produjo una violenta manifestación en Wall Street como respuesta desesperada a las condiciones de la Depresión; Ben Shahn trajo fotos de periódico que mostraban la conmoción, y Diego pintó la escena directamente a partir de esos recortes, con la policía a caballo empuñando porras, lista para golpear. Aquí Bloch describe el interés de Rivera por retratar temas políticos de actualidad, en este caso un acontecimiento muy similar al que se ve fuera del taller de Posada en el grabado. En los casos de Posada y Rivera, los artistas ilustraban la historia tal y como sucedía, centrándose en la violenta represión de las manifestaciones políticas.
La representación de Méndez de este tema en Homenaje a Posada significa que consideraba que la respuesta comprometida e instantánea a la injusticia y la opresión era uno de los aspectos más importantes de la obra de Posada y, por extensión, de la suya propia. Sin embargo, Homenaje a Posada de Méndez, al igual que su autorretrato de 1945, Amenaza sobre México, y su Verdi de 1953, también examina el papel existencial del artista comprometido políticamente. Posada, aunque aquí se le retrata como un artista revolucionario, también está viviendo un momento de contemplación, trabajando en un grabado de la violencia que se desarrolla en el exterior. Ha dejado de trabajar para observar y absorber. Y la escena callejera del exterior era, literalmente, una creación de la imaginación de Posada, ya que Méndez la citó directamente de uno de los grabados del propio Posada sobre una manifestación política, Continuación de las manifestaciones anti-reeleccionistas, de 1892. Posada también trató el tema de la leva obligatoria en su grabado de 1903, Casa de enganches, que representa el reclutamiento forzoso de hombres y mujeres para trabajar en las plantaciones durante el régimen de Díaz.
Además de la cita directa del tema del grabado de Posada, el grabado de Méndez, una brillante obra de arte en sí misma, es prácticamente un catálogo de las líneas gráficas utilizadas tanto por Posada como por Méndez, un homenaje a Posada tanto en la forma como en el contenido. Es lógico que Méndez produjera esta obra maestra tras toda una vida dedicada al arte gráfico, y es una prueba y un reconocimiento de su deuda con Posada. (Deborah Caplow)
Cataloging note: A reduced-size reproduction of this print was included in the 1960 TGP portfolio 450 años de lucha: Homenaje al pueblo mexicano. The TGP also issued a photomechanical reproduction (date unknown) with printed text: Homenaje a José Guadalupe Posada Linoleografía de Leopoldo Méndez Taller de Gráfica Popular A.C. Netzahualcoyotl 9, 1er. Piso 578-94-78, lower left, and Dr. Carmona y Valle No. 135 Tel. 578-94-78 Mexico 7, D.F., lower right.
Nota de catalogación: Una reproducción reducida de este grabado se incluyó en la carpeta de 1960 del TGP titulada 450 años de lucha: Homenaje al pueblo mexicano. El TGP también publicó una reproducción fotomecánica (fecha desconocida) con el texto impreso: Homenaje a José Guadalupe Posada Linoleografía de Leopoldo Méndez Taller de Gráfica Popular A.C. Netzahualcóyotl 9, 1.º Piso 578-94-78, abajo a la izquierda, y Dr. Carmona y Valle No. 135 Tel. 578-94-78 México 7, D.F., abajo a la derecha.
Catalogue record number: 147